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Escribir para sanar - 5 ejercicios básicos de escritura terapéutica

Foto del escritor: tranquilamentepybtranquilamentepyb

La escritura es uno de los medios más antiguos de expresión de los seres humanos. Nuestros antepasados dibujaban (luego esos dibujos los convirtieron en símbolos) para explicar métodos, sistemas y para contar historias.


La ciencia ha demostrado el poder de la escritura en personas que atraviesan por ansiedad, depresión, duelo, entre otros. En este sentido, la escritura es una compañía, una escucha activa y sin juicio. Escribir es un método de reconocimiento, de encuentro con tu propia voz, con tus sentimientos, es un lugar en el que te puedes permitir ser.


Escribir sirve (entre muchas otras cosas) para:

  • Poner en una hoja tus pendientes y que no te molesten a la hora de dormir.

  • Sacar tus “fantasmas”

  • Poner tus emociones sobre la mesa

  • No olvidar

  • Dejar ir

  • Conectar ideas

  • Diseñar tus metas

  • Mejorar la memoria

  • Organizar tu mente

  • Reconstruir una situación


A pesar de los múltiples beneficios, a muchas personas les cuesta escribir. A algunos por falta de tiempo, a otros por pensar que sólo es para los creativos, para los que escriben libros, para los que saben mucho o para los que quieren comunicar algo a los demás. Sin embargo, la escritura terapéutica es un recurso individual, no lo tienes que compartir con nadie, incluso lo puedes guardar, romper o quemar después. Es una herramienta muy recomendada por psicólogos pero que, en la mayoría de ocasiones, no será necesario que lo leas en terapia, sólo es parte del proceso psicoterapéutico.


Entonces, no se trata de demostrar tus dotes literarias, ni ganar un premio; se trata de un medio para canalizar lo que estás sintiendo, pensando, viviendo y que, en ocasiones, no le cuentas a nadie.


Escribe sin detenerte, sin preocuparte por la gramática, no escribas para otros, sólo para ti.

Muchas veces escribimos pensando en que alguien más lo va a leer e inmediatamente empezamos a hacer juicios: no sé escribir, no me sé expresar, no tengo buena ortografía. Y aunque sí, existen reglas de gramática y ortografía, no son relevantes para la finalidad terapéutica.


Por favor, escribe a mano

Aunque los medios digitales han venido a facilitarnos muchas cosas, quiero recomendarte que en la medida de lo posible, escribas estos ejercicios a mano, ¡Si, a mano! ya que esto fortalece muchas áreas del cerebro como las encargadas de la memoria, la motricidad fina y habilidades como la planeación.


5 ejercicios básicos de escritura terapéutica

Existen decenas de ejercicios pero me parece que estos son los más sencillos para empezar.

  • Diario (Journaling)

Es el método más antiguo, consiste en escribir durante 15 minutos (más o menos) todo lo que venga a la mente: tus experiencias del día, pensamientos, emociones, opiniones.


  • Intención del día

Es un enunciado que te ayuda a enfocar tu atención a lo largo del día. Cada día al despertar tómate unos minutos para respirar y escribe cuál es tu intención para este día, qué quieres lograr, qué te vas a permitir. También conocida como afirmación, debe tener las siguientes características:

  • En positivo: es mejor usar palabras como “elijo” “cuido” “trabajo” “siento” “me permito” a usar palabras en negativo como: “evito” “dejo” “no quiero” “no tengo” etc.

  • En primera persona: es tu intención así que usa las palabras conjugadas en primera persona “Yo” y no en “nosotros”.

  • En tiempo presente: No tiene sentido escribir tu intención sobre algo que ya pasó o que aún no pasa. Escribe como si ya estuviera ocurriendo. Tu cerebro lo creerá.

  • Concreta: al grano, sin palabras rebuscadas.

  • Breve: un enunciado es suficiente.

Ejemplos:

“Pongo atención a mis pensamientos y elijo los que sumen a mi vida”

“Cuido mi salud consumiendo alimentos que me nutren”

“Elijo conscientemente mis distracciones”

“Trabajo enfocada y me doy descansos”

“Me permito expresar mis emociones

  • Diario de gratitud

Cada día al despertar o antes de dormir, escribe al menos 3 cosas por las que agradezcas, no tienes que rebuscar, puedes agradecer por tener comida, haber hablado con una persona especial, por el sol, por tu mascota… Conforme vayas desarrollando el hábito de la gratitud, cualquier cosa te parecerá digna de agradecer.


  • Diario de sucesos agradables

Divide la hoja en 5 columnas, escribe estas preguntas y contéstalas por cada situación agradable (aunque sea mínima) que hayas vivido en el día.

  • ¿Qué pasó?

  • ¿Qué sensaciones experimentaste en tu cuerpo?

  • ¿Qué emoción(es) te generó el suceso?

  • ¿Qué pensamientos pasaron por tu mente?

  • ¿Qué piensas ahora respecto a ese suceso?


  • Diario de sucesos desagradables

Haz exactamente lo mismo que con el ejercicio anterior, sólo que esta vez describe los acontecimientos desagradables.


Independientemente del ejercicio que elijas y te sientas más cómoda(o), te doy las siguientes recomendaciones para empezar a escribir:


  • Escoge un cuaderno o agenda que te inspire.

  • Busca un lugar cómodo y de preferencia solitario, donde no puedas ser interrumpida(o) en los próximos 10-15 minutos.

  • Escribe lo primero que se te venga a la mente. Si es un: “no sé qué escribir” “esto me está costando trabajo”... ¡Está bien! Escríbelo.

  • No sobre analices. Trata de no “pensar” mientras escribes, simplemente déjate ir.

  • No escribas para que algo mágico pase. Simplemente hazlo.

  • Ten paciencia y constancia.

  • Confía.

Recuerda: si la emoción que sientes es muy intensa, siempre puedes buscar otro tipo de ayuda. En TranquilaMente podemos acompañarte por medio de talleres y terapia individual. Puedes entrar aquí para conocer más detalles.


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