La palabra ansiedad se ha vuelto parte de nuestro lenguaje cotidiano, la usamos para referirnos a miles de experiencias, emociones, circunstancias que normalmente vivimos como abrumadoras y desconocidas. Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de ansiedad?
La ansiedad es una respuesta de nuestro organismo al sentirse bajo alguna amenaza, en algunos casos somos conscientes y podemos identificar con claridad el motivo que lo detona y en otros no es tan sencillo reconocerlo. Independientemente de que conozcamos la causa, nuestro cuerpo sigue alerta ante el peligro, es como si la alarma nunca se apagara y todo el tiempo está preparado para huir, luchar o paralizarse.
Es importante puntualizar que el peligro que se percibe al sentir ansiedad puede ser real, es decir, que las circunstancias pongan en peligro nuestra vida como un asalto, un sismo, una pandemia; o bien, puede ser parte de nuestras creencias derivadas de experiencias previas, como el temor a ser abandonado, a la crítica, a ser juzgado, no cumplir con las expectativas de nuestros seres queridos, etc.
![](https://static.wixstatic.com/media/dec73f_4cbe63759cb94d8d9ba2ce3ac3f2f466~mv2.jpg/v1/fill/w_626,h_415,al_c,q_80,enc_auto/dec73f_4cbe63759cb94d8d9ba2ce3ac3f2f466~mv2.jpg)
Para quienes hemos vivido experiencias de ansiedad, sabemos que es muy desagradable y hasta podríamos haber deseado que no existiera o que desapareciera por completo de nuestra vida, sin embargo, hay que ver las dos caras de la moneda.
La ansiedad tiene una parte funcional, que nos permite reaccionar ante lo que sucede en nuestro entorno, nos protege, nos mantiene a salvo, nos ayuda a tomar acción; y la parte disfuncional es cuando esta respuesta se vuelve la única, se va intensificando y se mantiene en el tiempo, se convierte en una tapa que nos impide ver realmente lo que estamos sintiendo, lo que necesitamos.
Por ello, para poder transformar nuestra relación con la ansiedad, hay que ir al fondo, traducir los malestares y descifrar el mensaje que trae para atender la necesidad real que se esconde detrás.
¿Cómo saber si es ansiedad?
La experiencia de ansiedad se manifiesta en las diferentes esferas que nos conforman: física, cognitiva, emocional y relacional. A continuación, te compartimos un listado de los diferentes síntomas que caracterizan a la ansiedad; sin embargo, cabe aclarar que cada persona lo vive diferente y no siempre se manifiestan todos los síntomas.
Síntomas físicos:
Taquicardia
Opresión en el pecho
Falta de aire
Insomnio
Mareo
Dolor de cabeza
Malestares gastrointestinales: gastritis, colitis, estreñimiento.
Tensión muscular
Cansancio
Síntomas cognitivos:
Dificultad para concentrarse
Pensamientos recurrentes, especialmente sobre el futuro
Dificultad para poner atención
Olvidos
Autoexigencia
![](https://static.wixstatic.com/media/dec73f_6a972bdb532e4525afc54aaa07a84779~mv2.jpg/v1/fill/w_626,h_417,al_c,q_80,enc_auto/dec73f_6a972bdb532e4525afc54aaa07a84779~mv2.jpg)
Síntomas emocionales:
Irritabilidad
Preocupación excesiva
Angustia
Sensación de pérdida de control
Impaciencia
Frustración
Síntomas en las relaciones interpersonales:
Aislamiento
Conflictos con personas cercanas
¿Te identificas con alguno de estos síntomas? Reconocer que tienes ansiedad es el primer paso para poder tomar acción y recuperar tu tranquilidad.
Conoce nuestro Programa para estrés y ansiedad “Vive TranquilaMente”.
Comments